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El socialismo (de social) es un conjunto de doctrinas que, en oposición al capitalismo, preconizan la colectivización de los medios de producción como medida destinada a la supresión de las diferencias entre las clases sociales y necesaria para una organización racional de la sociedad.

Las primeras teorías claramente socialistas aparecieron a principios del siglo XIX, como respuesta lógica a las primeras contradicciones y crisis de la expansión del capitalismo. Una hostilidad radical hacia el individualismo del sistema económico de la competencia era la característica inicial de los representantes del socialismo utópico (Saint-Simon, Fourier, Cabet, Owen). Los furieristas y owenianos anhelaban la creación de una sociedad de base cooperativista, que invalidara las estructuras existentes sin violencia, y los sansimonianos propugnaban la transformación de los Estados nacionales en grandes corporaciones productoras, dirigidas por hombres de ciencia capacitados. Rodbertus, Lassalle, Dupont-White, fueron los precursores del socialismo de Estado. Con la publicación del Manifiesto del Partido Comunista (1848) de Karl Marx y Friedrich Engels, y la fundación de la I Internacional, se reunieron los criterios doctrinales y políticos que hicieron posible el socialismo científico. La lucha de clases, el internacionalismo y la crítica del capitalismo adquirieron una fundamentación económica, histórica y filosófica con el marxismo, al que se opuso la tendencia representada por Bakunin, que asimiló los aspectos anarquistas de la obra de Proudhon, formalizando el comunismo libertario, que se extendió por Rusia, España e Italia. Se fundaron partidos socialistas adscritos al marxismo en Alemania (1863), Dinamarca (1878), Francia (1879), España (1879), Países Bajos (1881), Rusia (1883), Italia (1891), Inglaterra (1893) y Estados Unidos (1900). Todos participaban incialmente de una misma voluntad de crear una sociedad sin clases, pero los métodos propugnados para la toma del poder y la transformación del Estado dieron origen a dos nuevas actitudes. Los socialistas revolucionarios aseguraban que la toma de poder habría de ir precedida de la violencia y seguida de la dictadura del proletariado. Los socialistas reformistas, por el contrario, resaltaban los medios legales y parlamentarios como los más apropiados para una evolución gradual hacia el socialismo. A partir de 1920, tras la experiencia de la Revolución bolchevique y fundada la III Internacional, los partidos comunistas aglutinaron las fracciones revolucionarias de los partidos socialistas. Bernstein, inspirador del reformismo teórico, recortó del marxismo sus aspectos radicales; los políticos socialistas aceptaron responsabilidades gubernamentales en gabinetes de coalición, y se formaron Gobiernos socialistas caracterizados por una política de reformas.

En el Tercer Mundo, se ha desarrollado un movimiento socialista muy diversificado. En Latinoamérica (véase Partidos socialistas latinoamericanos) existen partidos socialistas importantes en Chile (Partido Socialista de Chile), Ecuador (Partido Socialista-Frente Amplio), Venezuela (Partido Socialista Unido de Venezuela), Bolivia (Movimiento al Socialismo) y Uruguay (Partido Socialista del Uruguay); en otros países forman frentes políticos con otras organizaciones. El partido socialista más antiguo de Latinoamérica es el argentino, fundado en 1896 por socialistas alemanes e italianos. En Brasil el Partido Socialista se fundó en 1916. En Chile los movimientos socialistas se transformaron en partido político en 1915. El primer diputado socialista del Uruguay fue elegido en 1911. En Puerto Rico, Santiago Iglesias, hermano del dirigente socialista español Pablo Iglesias, fue elegido diputado en 1917. En Cuba, el Partido Socialista fue fundado en 1910. En México muchos socialistas están incluidos en el Partido Revolucionario Institucional, así como en otros partidos de izquierda. En general, y bajo la denominación socialista, obrerista, trabalhista (Brasil), los movimientos socialistas tienen gran importancia en toda Iberoamérica. En Asia, más que una doctrina de claro cuño anticapitalista, el socialismo era sólo una ideología que defendía la modernización por parte del Estado, liberado de cualquier presión colonial o imperialista. Aunque se apartaron de las tradiciones del socialismo occidental, las ideas socialistas tuvieron una gran influencia en los movimientos independentistas anticoloniales, en especial sobre el Congreso Nacional Indio de la India, el Congreso Nacional Africano de Sudáfrica y sobre algunos regímenes poscoloniales, como fue el caso de Zambia, Tanzania y Zimbabwe.

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