El comunismo de guerra fue la política económica y social de la Rusia posrevolucionaria instituida por los bolcheviques durante la guerra civil (1918-21).
Algunas de las ideas del comunismo de guerra (nacionalización de la industria, control centralizado de la producción y distribución) eran fruto de la ideología comunista y tenían como objetivo el desarrollo de la economía socialista de Estado, mientras que otras eran respuestas pragmáticas a los acuciantes problemas económicos suscitados por la guerra. Las sequías, la creciente oposición del campesinado a la expropiación del grano y la rebelión de Kronstadt contribuyeron al abandono del comunismo de guerra en favor de la Nueva Política Económica, defendida por Lenin y aprobada en el X Congreso del Partido Comunista (marzo de 1921).